No sé por dónde empezar ni tampoco qué decir. Más que una review voy a hacer una nota comentando lo que fue el concierto, porque la verdad es que resulta muy ardua la tarea de hacer la reseña de un show como el de anoche. Lo propuesto era lo siguiente: concierto en General Rodríguez de Tren Loco como símbolo principal junto a varias bandas haciendo de soportes. La noche prometía mucho y a su vez ayudaba a que acontezca, ya que el cielo estaba mayormente despejado, sin tanto calor ni humedad, ideal para disfrutar de un buen concierto junto a amigos. Llego al Carrefour de Rodríguez donde era el lugar de encuentro junto a 2 metálicos provenientes de Moreno y Quilmes respectivamente. A su llegada, nos dirigimos al club y al llegar nos encontramos con gente en la puerta. Decidimos ir al bar de al lado a comprar bebida, y nos sentamos en una esquina (cervezas en la esquina del…) a beber. Mucha charla en esas 2 horas que estuvimos sentados, recorriendo absolutamente casi todos los temas posibles.

Finalmente decidimos entrar, y una vez dentro me llevé la primera sorpresa. El lugar era una especia de gimnasio, con paredes de cemento y un techo muy alto de chapa. En el club se suelen practicar deportes como el básquet y el patinaje artístico. Había unas guirnaldas colgadas y un telón con un payaso que nada debían hacer ahí, pero es comprensible debido a que se trata de un club para niños, aunque creo que hubiese sido lógico quitar eso. Aparte de ese detalle menor, me topé con que la iluminación constaba de: dos torres con tres tachos cada una (luz verde, roja y azul si mal no recuerdo) y 2 tubos fluorescentes que ya de viejo iluminaban más amarillo que blanco. Este no era un detalle menor, ya que una buena iluminación y juego de luces ayuda a que se disfrute del concierto. Pero de todas formas, se veía bien, no había nada para quejarse, era simplemente un capricho. Todo aparentaba medianamente bien hasta que la segunda banda subió a tocar. El sonido era totalmente pésimo, tanto que se hacía una inmensa bola de ruido gigante que rebotaba por todos lados y “volvía” con el ruido de las chapas del techo. Cada instrumento se perdía por los aires, sin casi notarse cada uno y las voces parecían gritos de indios forajidos, no se entendía casi nada producto de un sonido demasiado alto.

Fueron pasando las bandas y los problemas de sonido seguían, no había absolutamente ninguna mejoría, a pesar de que el sonido rebotaba menos producto del aumento de la cantidad de gente. Yo no soy un especialista en sonido, pero el que mínimamente conoce del tema sabe que al haber más gente se llenan más los “vacíos” y eso hacer que el sonido rebote menos. Las bandas soporte tocaron entre 8 y 10 temas cada una, lo que hizo que la noche se extendiera demasiado. Cuando subió “Tercer Día” a tocar, empezó lo peor. Primero, las luces de colores debieron ser desconectadas, y en segundo lugar la luz (los 2 tubos fluorescentes) se apagaban debido al gran consumo de los equipos. El lugar constaba con baja tensión y los cables no resistían todo el consumo que necesitaban los equipos, lo que hacía que se recalienten. Los equipos poseen un sistema (muchos aparatos electrónicos lo tienen) que cuando no reciben la cantidad de voltios necesarios para funcionar correctamente se apagan de manera instantánea.

“Tercer Día” tuvo que parar unos minutos para solucionar los problemas que se le habían presentado. Al comienzo de los mismos, la gente silbaba y gritaba casi de manera cómplice, hasta que después se puso todo en un entorno molesto y ya los silbidos eran en representación de disconformidad. Estoy totalmente en contra de eso, la banda no tenía la culpa y no se merecía la silbatina ni los insultos por parte de la gente. No debe ser muy agradable querer tocar y que por problemas ajenos te insulten y si silben, así que acá le doy la derecha a los chicos de “Tercer Día”. Cuando terminó la banda se había ido muchísima gente, me animo a decir que casi el 50% ya no se encontraba. La gran cantidad de temas tocados por las bandas anteriores, en conjunto a los problemas con el apagado de equipos y demás, arrojaron como resultado un show muy largo. Eran alrededor de las 5:30 de la mañana, así que el sol ya se aproximaba por el horizonte. Es por eso que mucha gente se había retirado, ya era muy “tarde” y muchos comenzaron el camino de regreso.

A pesar de todo, quedábamos unos cuantos para hacerle el aguante a Tren Loco. La banda subió a tocar y Gustavo Zavala agradeció a todos que nos halláramos quedado para verlos.

Venas de acero sería el primer tema en tocar, lástima que sólo duró 30 segundos porque se desconectaron los equipos y se apagaron las luces. Como dije antes las instalaciones no soportaban los equipos, así que había problemas. Se juntaron a charlar sobre el escenario los miembros de la banda, junto al “sonidista” y otra persona que tal vez era el organizador, o el dueño del lugar. La charla se extendió por unos 5 minutos y dio lugar a todo tipo de conjeturas.
Por momentos pensé que el show se suspendía pero por suerte no fue así y la banda volvió a la carga intentando tocar otra vez el mismo tema. Por su parte Carlos Cabral nos hizo saber de qué ellos querían tocar, y lo iban a hacer hasta que los equipos resistan, suene como suene pero que la organización del evento no había armado todo como correspondía. Y así fue, siguieron tocando con un sonido muy malo que por momentos se perdía. En algunas partes el equipo de la batería se perdía y se escuchaba la batería normal, como si fuera sala de ensayo.

El equipo de voz también tuvo problemas, así que por momentos la voz de Cabral se perdía y el único remedio era que cante la gente.

La cosa estaba “atada con alambre” hasta que no se pudo seguir más. A pesar de la buena onda de toda la banda, el show tuvo como repertorio 8 temas de los 15 (aproximadamente) que tenía propuestos. Así es como luego de “Pampa del infierno”, Tren Loco daba como finalizado el show. Se acercaron a saludar, regalaron púas y trataron de dar explicaciones a algo que no tenía explicación, o al menos ellos no eran quienes debían darlas.
Lamentablemente debo decir que fue el peor show que vi en mi vida, me hizo acordar a las épocas del under donde las bandas tocaban en un sótano y luego había que subir una escalera de 50 peldaños para llegar a la calle. Sinceramente me duele hacer tal acusación, pero la verdad es que fue un show malo producto del mal sonido y del lugar. Apoyo totalmente a Tren Loco y a todas las bandas, ellos más que subir a tocar no podían hacer. El único punto a criticar es el horario, es una falta de respeto que la banda salga a tocar a las 6 de la mañana cuando la gente está ahí desde las 10 de la noche. Tendrían que haberse puesto de acuerdo y tocar menos temas por bandas, así era todo más rápido.

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Cobertura y Fotografías: Nicolás Lopez