Un nuevo show en el haber de ¿uno de los mejores exponentes del Hard Rock en Argentina? (para quien les escribe y para unos cuantos más, seguro que si), quienes formaron con Ivan Sención en voz (Jerikó), Emmanuel Lopez en guitarra, Leo Palmieri en teclados, Alan Fritzler en batería (Exceed, Enlighted) y Sebastián Igino en bajo (Poseidon). Estoy hablando nada más ni nada menos que de Watchmen, que se presentaron con la excusa de despedir «Nowhere To Hide» en el Nuevo Teatro Reducci, recinto desconocido para mi. Muy bueno por cierto. No así la ubicación: no es muy linda que digamos. Es algo así como la parte menos amena y agradable de San Cristobal.

Previo al show de los liderados por Sención, pasaron por el escenario Giardina, Earthquake y NTN. A su término, y como era de esperar, la Watchmen ejecutó temas de sus dos trabajos discográficos de estudio (el disco homónimo de 2006 y el ya mencionado «Nowhere To Hide» de 2010) y alguna que otra sorpresa. El set dio por iniciado de la mano de «Nowhere To Hide», tema sucedido por «On The Road» y «Adrenaline», uno de los temas más ejecutado por Watchmen en sus shows. Una de las sorpresas de la noche, reconocida por el mismísimo Sención, fue la inclusión de «I’ll Be Alright» del disco «Nowhere To Hide» (segundo opus de la banda), tema que no suelen tocar en vivo.

La puesta en escena fue muy simple, factor que en una agrupación como Watchmen pierde importancia. El fuerte de la banda no son las luces, las banderas, el telón… sino los mismos músicos en escena, dando todo de sí. Lo que realmente sí es importante además es el sonido. Y fue muy bueno, lo que permitió disfrutar el show de principio a fin y sin problema alguno.

Para «Safe», se hizo presente en el escenario Edu Giardina, ex-integrante de Watchmen, quien hizo de las suyas con sus viejos compañeros de equipo. Otro (gran) momento de la noche fue la ejecución de «Innuendo» de Queen. Los temas siguieron transcurriendo durante toda la noche, cerrando con «Time Is Over» otro excelente show de esta gran banda argentina. Gracias, Watchmen.

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Cobertura y Fotografías: Pablo Gándara