Y una noche el Malón llegó para el lado santafesino desde su mítico regreso. La expectativa era demasiado grande para quienes colmaron las instalaciones del reducto ubicado en Güemes y Suipacha. El regreso más esperado tuvo su parada en el Litoral y muchos no desaprovecharían su oportunidad. Me incluyo ya que por primera vez vería el combo sobre las tablas. La noche estaba planeada para que antes del show principal se desatara una «Crisis» que devino en «Tempestad”. No hablo claramente de una situación particular ni nada por el estilo, sino de los dos grandes soportes que Malón tuvo en la ciudad de la bandera. Metal del más duro del planeta, con huevos, humildad y  como debe tocarse esta música en  verdad. El show de «Crisis Thrash» no pude oírlo debido al saludo y abrazo de varias amistades que no había podido saludar en la entrada. Ustedes ya saben de sobra que esto es una hermandad y solo pude escuchar dos temas los cuales me parecieron terriblemente duros pero bien ajustados. Un combo que sin duda se las trae y ha empezado a dejar su huella. Destaco que busquen en YouTube el tema «Maten al líder» y deleiten sus oídos. Señores me pongo de pie y disfruto del show que se venía a continuación. Hace meses dije que el under crecía a pasos agigantados y mi pensamiento empezó a crecer durante el show de la buena gente de «Tempestad”. Damián Tello y los suyos levantaron el público presente de una manera como nunca vi desde que piso las tablas buscando un poco de acero (del bueno). Una banda cada vez más afianzada desde lo grupal y musical. Los temas de Hermética, Malón y de Claudio O’Connor, pero sobre todo el gran cover de «Yo caníbal» de Los redonditos de Ricota, dejaron boquiabiertos a más de uno de nosotros que caímos en un pogo sin remedio. Aprovecho el momento y paso un pequeño chivito para que puedan apreciar algo de la banda:

http://www.sonico.com/bandas/Tempestadmetal

El momento había llegado y no había vuelta atrás posible. El sueño de muchos se cumplía. Las luces en off, una intro acorde y la presencia de Antonio Romano partía de un riff el ansia de una espera de años. Aparecía en escena el cuarteto interpretando nada más ni nada menos que «Síntoma de la infección» y la barbarie ya no tuvo remedio. Lágrimas, puños en alto y un sabor a revancha a quienes por cuestiones de edad nunca habían visto semejante pilar del metal nacional. “El fanático de Hermética, en Malón, está escuchando Hermética”, declararían en la semana los muchachos y valla que ha quedado claro en temas como: «Sepulcro civil”, “Cráneo candente”, “Victimas del vaciamiento”, “Memoria de siglos”, “Vientos de poder”, el esperadísimo «Evitando el ablande», y para el cierre del show nada más ni nada menos que «Tu eres su seguridad”. Los clásicos de Malón se desparramaron en la ciudad del Paraná y de las buenas mujeres dejando ese hueco con sabor a deuda desde hace años con 21 temas en la noche.

Un O’Connor al que se lo vio muy relajado y distendido, un Strunz cada vez más afilado con su instrumento, un Romano al que ya no le caben adjetivos y un Kuadrado que se robó todos los cantos sorpresivamente para él y muchos de los presentes. Un diccionario diría que un sentimiento son emociones conceptualizadas que determinan el estado de ánimo. Que fácil definirlo, pero que jodido explicarlo. Creo que nadie pudo hallar en la noche manera de explicar lo que Malón transmitió desde arriba del escenario esa fría noche de sábado que nos dejó a todos coreando hasta el último de los instantes con el paladar plagado de deseos de regreso y un sinfín de nervios corriendo en nuestras venas porque después de todo, esto es metal, ¿no?