Esa fue la temática que me llevó a La Colorada el pasado sabado 9 de junio.

No sabía que había teloneros ni esperaba ver una banda de metal sinfónico en la veta de Nightwish ejerciendo dicho rol, pero me lleve una grata sorpresa al ver que Ophra fue la banda encargada de abrir la jornada. Tienen una vocalista mujer con un excelente dominio vocal, muy atractiva también, que utiliza un tono similar al de Tarja Turunnen. El resto de los integrantes cumple de forma destacada la ejecución de su instrumento demostrando un gran nivel musical en la banda. Lamentablemente, al no saber que tocaban, nos  perdimos los primeros temas y llegamos cuando estaban tocando los temas dedicados a la mitología griega. El primero fue «Orfeo», donde se destacaron bastante los teclados, algún que otro solo y una gran labor en la percusión. Siguieron con «La Muerte De Euridice», «Inframundo» y «La Muerte De Orfeo», temas de gran calidad compositiva y musical, muy bien ejecutados. Cabe destacar que el sonido del recinto fue impecable, lo que ayudó bastante al destaque de las bandas que tocaron ya que cada instrumento sonaba clarísimo. Siguieron con un tema cantado a capella titulado «Noche Serena», donde la cantante se lució mostrando una amplia variedad de tonos, además de su versatilidad y calidad. Cerraron con «Sentencia Final» y metieron un bis, cover de Gary Moore también versionado por Nightwish, «Over The Hills» el cual fue performado de forma más que correcta aunque se notó que el inglés no es el fuerte de la frontman. Dieron un muy buen show y demostraron que pese a ser una banda bastante under y desconocida, poseén un gran nivel dentro del estilo que hacen.

Pasados veinte minutos, se abrió el telón para dar lugar a la banda que habiamos ido a ver, Arraigo. Primera vez que los veo en vivo, ya los habia escuchado anteriormente pero esta vez quise hacerme presente para poder ver en vivo la propuesta tan innovadora y única de estos muchachos. No son muchos los musicos de metal que introducen sonidos e instrumentos tipicos del folclore nacional como son el bombo legüero, la caja y el sereré entre otros. Arraigo se autodefine como una banda de metal folclórico, nada mas alejado de la realidad, en momentos pareciera estar presenciándose una peña folclórica y en otros, un recital del más duro metal. La Colorada estaba bastante lleno, muestra de que tienen bastantes seguidores dentro de las filas del metal argentino y de que vienen abriéndose paso a fuerza de buenas ideas y buena música, todo esto sin dejar de ser una banda under. El tema que abriò la noche fue «Nehuén», un comienzo calmo pero explosivo al final con una mistura de voces limpias, coros guturales, doble pedal y algunos instrumentos antes mencionados. Hicieron una breve pausa para presentarse y saludar a amigos varios que los siguen a donde van y que al parecer son una parte fija del público. Continuaron con «Eternidad», donde predomina el costado folclórico de la agrupación y en el cual se destacó la labor del cantante y el baterista con el bombo legüero. El tema que siguió, «En El Nombre Del Padre», fue un salto a la música más pesada de la banda, sobresaliendo duros machaques alternados con buenos solos de guitarra.  Pasaron «Para Aquel Que Sabe Oir» y «Crías De Crías», uno de los mejores y más pesados temas de la banda en el cual se destaca una influencia mas arrabalera de mano de un acordeón, el cual fue ejecutado a través del teclado. Cabe destacar que es excelente la performance del cantante, sobre todo en temas como éste: realiza una muy buena personificación de la letra que canta, transmitiéndole al público una mezcla de sentimientos que oscilan entre la rabia y la desesperación. Lamentable que debido a las mesas del lugar, no daba para el pogo o el headbanging, ya que muchas veces uno como parte del público, siente la necesidad de devolverle a los musicos esa energía que ellos transmiten a traves de su música. Siguieron con «Tierra De Bueyes», «Pañuelos Negros» y «Vidala Para Que Sigas», que comienza con una intro vocal acompañada solo por la caja para posteriormente alternar entre pasajes más tradicionales y más pesados a medio tiempo. El recital ya estaba en su punto mas álgido, entre las ejecuciones más duras y las más autóctonas. Cada tema fue muy aplaudido, los integrantes de la banda se identificaron con las caras ya conocidas entre sus seguidores, el vocalista muchas veces explicó el significado de las letras e invitaba a la reflexión, teniendo así una  comunicación fluida y gran desplante para con los asistentes al show. Cabe destacar también que ambos guitarristas demostraron gran nivel en los riff mas pesados, los solos y los coros. Pero ya se iba acabando la jornada y como si fuese una ley natural, los últimos temas siempre son los más pesados y los mejores. Se despacharon con «Dogo», tema en el cual nuevamente se hacen presentes los teclados (vale decir que los tocaba principalmente un músico invitado) para personificar al acordeón y que cuenta con unos solos muy buenos y muy bien tocados, además de un gran trabajo en la bateria. Y para terminar, «Carnaval De Soledades», con una marcadísima influencia de la música altiplánica, en el cual el violero principal se calzó una especie de invento propio que emula a una doble guitarra pero en lugar de una de las violas, había un charango que se hizo presente durante gran parte del tema, pero no fue el único instrumento folclórico, ya que el cantante se hizo cargo del djembé y el sereré (tambor y silbato respectivamente).

Y así culminó una fecha más de Arraigo, donde demostraron gran soltura, interaccion con el público, gran calidad musical y muchísima energía, acompañadas de grandes composiciones en lo que fue una fiesta folocloricometalera. Al que no los vio nunca en vivo pero le interesa la propuesta, les recomiendo que los vaya a ver porque probablemente se van a volver a casa, al igual que yo, sonriendo con la satisfacción de que el metal todavia puede ser interesante y que hay bandas que hacen cosas deferentes, que tienen ganas de innovar dentro de la escena, demostrando que no todo esta dicho.

Galería de Fotos:

Cobertura: Santiago Ballesteros
Fotografias: Pablo Gándara