Cuando me ofrecieron ir de cronista para el show de Plan 4 el sábado no lo dude un instante. Tocaban dos grandísimas bandas (Plan 4 y Crematorio) y dos en un acelerado ascenso (No Guerra y Nave Astra), así que se preveía que iba a ser una noche a puro metal y efectivamente así fue, mi cuello no me dio tregua ante tanta buena música.
A las 18:50 abrió la jornada Nave Astra con su mezcla de metalcore y deathcore. Hay que recalcar varias particularidades del show que dieron: tocan en saco y corbata, cosa poco antes vista. El teclado estaba inclinado a 45 grados (me pareció bastante curioso este detalle) y el bajista bajó del escenario para tocar su instrumento en medio del público y correr en medio del pogo, cosa que nunca antes había visto.
Tocaron su álbum debut “Corporacción” prácticamente entero. El sonido y el público no acompañaron mucho ya que no se escuchó con tanta calidad como con las otras bandas y el teatro estaba con su capacidad a menos de la mitad aunque sobre los últimos temas se armaron unos pogos, tal vez por el horario tan temprano que subieron a tocar. Fueron 45 minutos en los que dieron un show muy caliente con bastante interacción con la gente presente y demostraron por qué estaban allí, para patear cabezas con su corporacción.
Pasaron 20 minutos del show anterior con el teatro lleno hasta la mitad cuando se escuchó una intro que dio paso a los primeros acordes de “Miles de almas sin paz” tema del primer disco de No Guerra. Siguieron con “Incendio del poder” y la gente de a poco se iba animando. El resto del setlist fueron 6 temas que oscilaron entre su primer disco y su segundo recientemente salido “Choiols”, demostrando gran solidez y desenvolvimiento, aunque hubo poca interacción con el público más allá de explicar el mensaje que contenían las letras.
El sonido estuvo bastante bien aunque de a momentos las guitarras sonaban un poco bajas , saturadas, pero por otro lado, la batería estaba sonando muy bien y las voces se escucharon clarísimas, lo que permitió que el cantante desplegara toda su brutalidad gutural logrando una gran performance, creo que ese es el punto alto de No Guerra en vivo.
Cerraron el show con “Fuerza activa” uno de los temas que más suena a Fear Factory por la predominancia del doble pedal y de lo mejor que es de la banda, del disco “Ahonikenk”.
Puntualmente se subieron los legendarios Crematorio con su legendario cantante Diego Godoy, que con sus rastas y su registro vocal vendría a ser como un Chris Barnes local. El teatro ya estaba casi colmado y no era para menos, esta banda fue una de las pioneras en argentina con el grindcore y el death metal comenzando su historia allá por 1991.
Solo tienen dos discos editados además de un demo y un split, cantidad más que suficiente para armar un setlist y salir a patear culos y vaya que lo hicieron, esta es una banda para ver en vivo, una banda de culto. Particularmente debo decir que solo los conocía de nombre así que me lleve una grata sorpresa cuando empezaron a tocar porque me volaron la peluca de entrada y durante todo su show no pare de cabecear.
Fue aproximadamente una hora de masacre ininterrumpida en las cuales Diego Godoy mostraba su excelente registro vocal, el bajista nos aporreaba los oídos una y otra vez. El público respondió de forma acorde y durante los últimos cuatro o cinco temas se armaron los pogos más violentos de la noche. Hubo dos invitados, los cuales fueron el “Knario” Compiano en “El odio más miserable” y Brenda Cuesta (Blood Parade) en “Renace”.
Demostraron que están en excelente forma a pesar de los años y que se merecen un lugar dentro de la historia del metal extremo argentino. Ojala le den para adelante y sigan armando fechas. Al terminar el show el cantante se sacó la remera y la tiro al público como agradecimiento por la efusiva respuesta que recibieron.
Ya precalentados los motores con las 3 bandas anteriores la gente estaba al palo esperando el plato fuerte de la jornada. Pasadas las 21hs se escuchó una intro que dio paso a el “Knario” y sus secuaces.
Empezaron con “Entre la vida y la muerte” del primer disco “Cambio de piel”. Transcurridos nueve temas, el violero nuevo (Ezequiel Nuñez, ex Clay) se mandó un solo de muy buena ejecución para luego seguir con “Un nuevo rey” y posteriormente un tema nuevo titulado “Yo lo quise así”.
El público ya se había vuelto loco, coreaban partes de las canciones, volaban patadas en el pogo y otros viajaban por sobre las cabezas de la gente y la respuesta de los asistentes fue muy enérgica.
Para sorpresa de todos los temas 15 y 16 fueron dos covers de la misma banda: Metallica. Se despacharon con Master of Puppets y Seek and destroy, ambos perfectamente ejecutados y muy coreados. Acto seguido, Plan 4 desapareció del escenario y solo volvió para los bises.
Y tenían otro as bajo la manga, para los últimos 4 temas se subió Leando Zunni, el guitarrista anterior que este año dejó la banda por motivos personales. Cerraron con “En mil pedazos”, “Mi falta de fe” “Destino” y el para muchos el mejor tema de la banda, “La jaula”.
Se despidieron como corresponde no sin antes fotografiarse en el escenario para retratar la banda con la alta convocatoria de fondo. Sonaron de forma impecable (ya todos los problemas de sonido habían quedado atrás) y como siempre dejaron en claro porque son una de las bandas que más gente mete y que mejor le va en el metal nacional; porque el show en vivo de ellos es muy visceral, muy caliente y se vive como una verdadera fiesta. Afortunados los que estuvimos el sábado en aquella “Noche de diablos”, ya que presentaban el DVD “Que las cabezas rueden” y definitivamente las cabezas rodaron.
Galería de Fotos:
Cobertura: Santiago Andres Ballesteros
Fotografías: Pablo Gándara
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