Horcas volvió al oeste (lejano oeste) después de mucho tiempo y esta vez lo hizo en General Rodríguez. El show estaba programado a realizarse en Club Plan B, lugar donde afortunadamente se están haciendo bastantes conciertos de heavy metal y en el que también ya tienen fechas confirmadas a largo plazo. Llegué hasta allí un poco antes de la medianoche acompañado por unos amigos y amigos de esos amigos, con los cuales me quedé en la puerta del lugar conversando y tomando algo. Luego de un rato decidimos entrar y yo fui en busca de mi pase para poder sacar fotos tranquilo y no lidiar con nadie de seguridad. El calor afuera era alto, y ni hablar del que hacía dentro y más cerca del escenario con todas las luces apuntando directamente hacia nosotros. Alrededor de las 2:20am Horcas salió a escena y abrió el show con “Esperanza”, uno de los tantos temas que sacó de quicio a la gente. El sonido era bastante regular, si bien los instrumentos se escuchaban todos, la voz de Walter a veces no se oía y las guitarras se escuchaban cruzadas y saturadas. De todas maneras, eso mucho no importaba porque la gente cantaba y acompañaba igual. Para continuar con un arranque a todo vapor, Horcas eligió “Reacción” y “Argentina, tus hijos” que seguían desatando la lujuria de toda la gente que se estremecía contra las vallas y de aquellos que estaban pogueando más atrás con una especie de “circle pit”. El inicio fue con todo, se notaba la energía y las ganas de la banda como así también la de la gente, pero el sonido fue el problema que perduró durante toda la noche y no ayudó a que sea un concierto cuasi perfecto. La piromanía se adueñaba de todos los músicos como también de la gente al cantar “Fuego”, cuarto tema que culminaba un comienzo furioso en la vuelta de la banda a tierras lejanas.

Esta parte de la Zona Oeste no se caracteriza por ser compuesta de ciudades metálicas, aunque hay gente que escucha este género musical pero no va a los conciertos de bandas nacionales. Así y todo, Horcas tenía enfrente a un público que alentaba y que acompañaba a los temas que siguieron como por ejemplo “Nacer, morir” y “Existir por existir”. El calor había invadido todo Plan B y Horcas continuaba en su lista con “Infierno”, seguido de “Familia” y “Asesinos”. El sonido variaba según el tema, pero el problema mayor se notó en la voz de Walter que a veces se perdía por completo y no se escuchaba en lo más mínimo. La noche palpitaba para un concierto corto debido a que ya era “tarde”, el calor se notaba mucho y el sonido no ayudaba. Pero Horcas no dudó un segundo en acortar el show, y seguía adelante con “El necio” y “El agite” para que justamente la gente agite a full. Había pasado mitad de show y faltaban buenas canciones para celebrar la vuelta del metal a estos pagos. “El juego” y “El cambio” sonaban para darle paso a, según Walter, un tema que hacía mucho que no tocaban. Justamente de este tema fui hablando una parte del camino con uno de los amigos que fueron también al show, y fue una grata sorpresa enterarnos de que estaban por tocar “Resistencia” que es un tema que disfruto mucho. Al término, clásico de clásico en los show de Horcas tomaba las riendas y era cantado y aplaudido por todos. “Vencer” dedicaba recuerdos a Osvaldo Civile y también a (si no entendí mal) un muchacho amigo de los chicos del grupo de motos “Epidemia”. Pocos temas finales, comenzando con “Cosas enfermas” y siguiendo con el primer cover de la noche. “Si puedes vencer al temor”, cover de V8, era cantado por toda la gente y por Walter de la forma a capella para luego invitar a Enrique Gómez Yafal (cantante de Kamikaze) a cantar a dúo el demoledor y siempre pedido “Destrucción”. Tema cortito y al pie, que te quema y destruye en los 2:05 minutos que tiene de duración. Ahora sí ya todo llegaba a su fin, con un regalo más y los últimos dos temas. En primer lugar, un pequeño instrumental seguido de “Fiesta cervezal” (cover de Pappo’s Blues) y en segundo lugar la finalización del show con “Psicosis” y el tremendo “Solución suicida”. La banda terminó un show bueno que podría haber sido muchísimo mejor con un sonido más claro, pero que de todas maneras los que nos acercamos a verlos lo pudimos disfrutar en plenitud. Los músicos bajaron del escenario a saludar y luego se esfumaron por la lona que divide el lugar del patio. Así fue como Horcas volvió nuevamente al oeste dejando abierta la esperanza de que algún día puedan volver los conciertos de metal como antes y que hacen falta. Por suerte, esto se está tratando de hacer de a poco.

Galería de Fotos:

Cobertura y Fotografías: Nicolás Lopez