A dos años de su debut en el país, Lucifer, volvió al escenario de Uniclub el 3 de octubre con un quinto disco bajo el brazo. Esta vez, Wicca y Cobra Sarli se unieron para tributar, cada uno en su estilo, algunos de los elementos de los suecos.
Para quienes estuvimos en e Noiseground Festival del 2022 esta experiencia fue totalmente distinta. El impacto del debut, la ansiedad de tener cerca a Nicke Andersson (cantante y guitarrista de The Hellacopters y fundador ex baterista de Emtombed) y Joana Sardonis era total. Además, era festejo aniversario de la productora y el line up local era oscuro y pesado con Amulett, Mephistofeles y Dragonauta. En esta oportunidad, Wicca supo poner bajo un paraguas el sonido más cercano a los años setenta y un manto oscuro en los primeros minutos de la noche con temas viejos y los tres que conforman el reciente Preaching Evil Ep.3 (2024). Por su parte, Cobra Sarli, con cambio de formación establecido – salió Lucas Kapovic, entró Mariana Rubio – intrujo la cuota más rockera con ganchos y alaridos estridentes marcando firmemente una nueva etapa.
Desde el fondo con una batería pequeña y bases simples, Nicke Andersson (cantante y guitarrista de The Hellacopters y fundador ex baterista de Emtombed) logra su cometido. La llegada de Andersson al grupo fue el el condimento necesario para que Lucifer tome el lugar que actualmente tiene. Esta vez, el grupo inició con «Crucifix (I Burn for You)» y volvieron a repetir un total de 15 canciones. «Ghosts» y «Midnight Phantom» volvieron a sonar uno tras otro como si ya se tratase de un común acuerdo y luego un fuerte hincapie en el la quinta entrega con «Fallen Angel», «The Dead Don’t Speak» y «At the Mortuary». El cover esta vez, coincidencia medianto o no, fue «I want you (she’s so heavy)» piedra filosofal del doom, así como toda obra de The Beatles, a días de una nueva visita de Paul McCartney a la Argentina. Harald Göthblad (bajo) sostuvo la banda y guitarras gemelas de Linus Björklund como de Martin Nordin, expusieron esos riffs y melodías coreables como «California Sun». Sardonis esta vez dejo el cuero en casa y vistió como una monja oscurantista, melena rubia al movimiento del viento del ventilador jugo con crucifijos y dialogo lo justo y necesario. Andersson, al fondo, golpeo fuerte los parches y estuvo al margen con su clásico gorro casquito. Finalmente, «Reaper on your hells» indico un final prolijo o al menos más que el anterior con «(Don’t Fear) The Reaper» de Blue Öyster Cult.
Lucifer, dejó en claro que cosecho algunos clásicos y que su fuerte es el show en vivo. Indirectamente, esta nueva visita se vio opacada por un publico menos ansioso y menos frenetico que en el debut, algo cansado y hasta molesto por los saltos y vaivenes de algunos. Sin embargo, el agite estuvo de todas maneras.
Por Jonatan Dalinger
PH: Cecilia Principe
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