Un domingo frío en el barrio del Abasto veía acercarse a fans de todo el país al Uniclub. La primera banda elegida para hacernos entrar en calor fue Nunca Fue Fácil, que entrego un show sumamente enérgico mientras el local se iba nutriendo de gente lentamente. «De Verdad» y «Borde Recto» fueron algunas de las canciones de la banda, directo de su primer producción, Nunca Fue Fácil (2015), a las que se sumaron algunas composiciones nuevas, siempre manteniendo su impronta contundente y letras comprometidas, levantando bien en alto la bandera del straight edge.
Con un venue al tope de su capacidad, los oriundos de Boston se apersonaron con fuerza y gran fervor. Entre otros temas GRITADOS por la gente pasaron «All The Way Through», «Speechless», «Some Came Running» y «My Therapy»(continuada por un segmento de «Domination» de Pantera, muy festejado). «Final Backwards Glance» en una versión espectacular sumó un momento sentido, a la que le siguió la gran «Superhero».
Tras más de 30 minutos de espera, el problema finalmente fue solucionado, eliminando la puesta de luces y con una considerable disminución en el sonido. El público, tras haber esperado pacientemente y sin inconvenientes, volvió a darlo todo en «Count Me Out» y «Can We Start Again». Hasta que el robo de un celular tuvo lugar cerca de la valla, con la banda frenando todo nuevamente. Era como si estuviéramos en la escuela primaria, realmente vergonzoso. Cinco minutos después sonó «Swan Song» hasta que otro problema de sonido volvió a detener el show otros 5 minutos. El hastío en la cara de Aaron era evidente, pero le puso onda al empezar a contar las penurias que la banda pasó desde que comenzó la gira en Brasil, entre demoras en vuelos, días sin dormir y la pérdida de su pasaporte. Un poquito mufada la banda. El ultra clásico «Calling Hours» cerró el show con una catarata de fans subiendo a cantar, dejando una de las postales más bellas del concierto. Como bis se sumó la fuertísima «Ali v. Frazier» cerrando la noche definitivamente.
Lamentablemente demasiada mala suerte empañó un poco un show sumamente esperado por sus fans. El vínculo entre la banda y el público quedó sellado una vez más, entre los coros gritados una y otra vez, los aplausos y el INCESANTE mosh, el feedback de energía positiva no tuvo fin (salvo en ESOS momentos). Tras el fin del show el saldo general parecía ser positivo, realmente fue un show inolvidable, para bien y para mal. Quedó bien en claro la actitud de Bane, caer y levantarse, siempre, no importa cuantas veces.
· Volver