La tarea de abrir el telón de Uniclub estuvo a cargo del quinteto oriundo de zona oeste, Señorita Miel. Conformado por Guillermina Durañona en teclados y coros, Minerva Santini en batería, Iara Robledo en guitarra, Julieta Rivada en bajo y Delfina Canessa en voz y guitarra, su estilo se mueve entre el rock alternativo, el punk y el indie, generando paisajes sonoros variados y dinámicos. Prueba de esto son canciones como «Luna de Nylon», «Destino Al Azar» o «No Puedo Resistir» (de las más aplaudidas por los presentes). Además de los temas de su EP Señorita Miel (Live Session) (2023), presentaron algunas canciones nuevas como «Dr. Jekyll» y «Colmillos», para luego cerrar con «Encuentro Violento», redondeando un show corto pero contundente, ideal para darse a conocer a nuevos espectadores.
Alrededor de las 21:30, «Get off my lawn!» demanda la voz de Clint Eastwood en Gran Torino (2008) anunciando el comienzo de «Dos Grados de Separación», generando una instantánea respuesta de parte del público a pura energía. «Leningrado» arremetió con fuerza, confirmando la promesa de que escucharíamos «Stalingrado» entero. La temperatura aumentó con «Los Brazos de Nuestro País» y «Jamal Malik», directo desde Bhopal (2007) y Jauregui (2012), respectivamente, para luego volver al álbum homenajeado con «Quién Va A Sostener Tu Espalda Hoy» y un estribillo cantado a garganta pelada por los fans cercanos a la valla. Mientras se ajustaba el sonido, la lista continuó con temazos como «Copenhague», «La Estrella de Kepler» (TE-MA-ZO) y «Gaia» (una perlita poco frecuente en sus sets), dejando más que contentos a los presentes.
Dos de los temas más aclamados (GRITADOS) de Stalingrado fueron «G.F.» y «Un Poco de Foucault A Mis Días» sonaron mientras las caras de alegría se multiplicaban. Unos desperfectos en el pedal de la batería demoraron unos pocos minutos el show, momento que Lea Flores, como buen frontman que es, aprovechó para agradecer fervientemente el apoyo de la gente, un aguante digno de ser envidiado. «Y veo sus hombros ya cansados de aguantar el peso / De las malas decisiones del gobierno / De una política exterior tan miserable / Y siguen regalándonos(…)» reza la letra de «Mucho Más Que Política», resonando particularmente con la situación de nuestro país. «Líderes o Propagandistas» y su vertiginoso ritmo irrumpieron con su letra de puño cerrado y declaración de principios, dejando más de una garganta resentida. Un momento emotivo se produjo cuando sonó «La Colina de Las Cruces», mientras Lea dedicaba el tema a una fan que había perdido a su abuela. Como si fuera poco, «No Hay Lugar Para La Nostalgia», sumó otro de los momentos más sentidos de la noche.
A esta altura del show, promediando el set, el clima de celebración, comunión y sentimiento era total. Pocos eran los que no estaban dejando sus cuerdas vocales en cada verso (si es que los había). La revisión de Stalingrado continuó con «Paralelo a Vía Apia» y «Vengo A Pagar Mis Errores» (otro temazo con los sentimientos a flor de piel). Mientras los fans subían y bajaban del escenario para cantar junto a la banda se sucedieron otros clásicos y perlitas como «Propaganda Anti Realidad», «Empatía, Sensibilidad y Resiliencia» y «Tienen Miedo», dejando todo listo para que la contundente Stalingrado (de los temas más esperados por un servidor) genere un movimiento rotundo. Bajando un poco (un poquito, al menos en la intro) los decibeles sonó «Las Víctimas de Madoff», que junto con «Fractales y La Teoría Caos» y «Yo Creo En Vos» (para cantar a los gritos, aún más) cerraron el repaso del disco dejando el final en manos de «La Batalla de Las Termópilas» y una maratónica versión, con fans constantemente subiendo al escenario en un ciclo ininterrumpido. El final, ahora sí, llegó con «Nunca Dejes de Enfocarte en Lo Importante», como debía ser.
Mientras el local del Abasto lentamente se iba vaciando, era imposible no pensar en lo necesario que son este tipo de espacios, en lo importante que es ir a un show a pasarla bien, con un clima fraternal, con buena actitud sobre todas las cosas, con lugar para la reflexión, conectar con los sentimientos o descargar frustraciones y que todo eso se refleje en una satisfacción genuina. Todo eso se puede encontrar a la vez en un recital de Da Skate, tal vez ahí reside el fuertísimo vínculo entre la gente y la banda, como dicen ellos «Juntos lo podemos hacer / Aunque el mundo nos intente detener».
Por Boris Bargas
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