ARMADO Y PELIGROSO. Neil Turbin – Uniclub (19-07-2024)
Con la constante oferta de shows internacionales que está recibiendo nuestro país es interesante ver la variedad en calidad y estilos que uno se puede cruzar. Cada tanto aparece alguna perlita de culto como el caso de Neil Turbin, cantante de la primera época de Anthrax, en su debut en Buenos Aires con el 40 aniversario del seminal Fistful of Metal (1984) como motivo del tour. La baja temperatura y probabilidad de lluvias no evitaron que los amantes de la velocidad se apersonaran en el local del Abasto tras la promesa de un recital para unos pocos elegidos.

La banda encargada de romper el silencio fue Zarkas, una joven agrupación que hace gala de un aguerrido thrash metal, pero que lamentablemente no pudieron hacer lucir del todo debido a las inclemencias de una mezcla sonora poco favorable. Nómade tomó el segundo lugar en la grilla, agregando un poco más de variedad con su estilo thrashero, pero con reminiscencias del death metal melódico de Gotemburgo (con At The Gates como primera referencia que se viene a la cabeza). Tocaron varios números recorriendo sus 20 años de trayectoria, con la crítica social como principal tema lírico, recibiendo gran respuesta del público. Mientras poco a poco ingresaba más gente al UniclubDesygnio también tuvo que luchar con un sonido que no se terminaba de ajustar, afectando directamente a su peculiar estilo. Mientras los momentos más pesados perdían la fuerza de las guitarras en la mezcla, en los momentos más calmos, el teclado sobresalía demasiado, dejando poco lugar a la apreciación del estilo progresivo de la banda. Una lástima. Alrededor de las 20:45 Violent Execution tomó por asalto el escenario, mostrando el poder de su ajustado crossover thrash, tal vez la única banda soporte que sonó apropiadamente. Abrieron el set con «Invasores», «Violentos Ejecutivos» y «Carpinchos vs Tinchos», subiendo la temperatura a base de riffs y gang vocals. Criticando a nuestro payasezco primer mandatario, irrumpieron con «Pubertarios» y «Desaparecidxs», brindando la crítica política que toda banda thrash que se precie de tal debe tener. Siguieron con algunos temas más de su repertorio entre los que se destacaron «Sensación Mosh» y «C.D.D.», invocando el costado más fiestero del género, dejando todo listo para el plato fuerte de la noche.

Los primeros acordes de «Give Them Hell» sonaron mientras se hacía presente el hombre de la noche, Neil Turbin, mostrando un buen estado en sus cuerdas vocales. Acompañado por los músicos de Desygnio, el americano no dudó en comenzar el homenaje a «Fistful of Metal», hilo conductor de todo el show, a través del temazo «Death From Above». Así se sucedieron, entre comentarios jocosos de Turbin y poca respuesta de un público que tardó en engancharse, hits de la B como «Across The River / Howling Furies», «Subjugator», «Soldiers of Metal» y el cover de Alice Cooper, «I’m Eighteen» (de lo más festejado). Ya metido en su papel de stand-upero, Turbin no duda en tirar un poco de shade a sus ex compañeros al tocar una memorable versión de «Armed And Dangerous», esa gema total que marcó el ingreso de Joey Belladonna al grupo neoyorkino en 1985. Tras un par de pasos de comedia más (Turbin mencionó la aparición de «Fistful…» en un ranking de las peores portadas de discos de la revista Rolling Stone como «una medalla de honor»), un par de correcciones a los músicos y el reiterado pedido de que apague su cigarrillo a un metalero del público, menciona varias de sus excursiones musicales de los últimos años, incluyendo una colaboración con Quiet Riot, entre otras, para presentar «Crimson Warrior», tema de su banda Deathriders.

Acercándonos a la parte final de la lista, tres bombazos en la forma de «Panic» (fiesta total), «Deathrider» y «Metal Thrashing Mad» (devastadora versión) generaron toda la euforia que faltó en el comienzo. Las caras de felicidad y el pedido de «una más y no jodemos más» derivaron en una perlita llamada «Gung-Ho», otro clásico posterior de Anthrax con letra de Turbin. Tras esta vulgar demostración de poder, y con un Turbin que mantuvo su labor vocal en un buen nivel, el sentimiento reinante era de satisfacción; realmente era una noche para recordar ¿Cuántas veces hemos tenido la posibilidad de escuchar temas olvidados de las bandas más grandes de nuestro estilo? Recordemos que Anthrax en las últimas presentaciones en este país no ha sido de lo más generoso en cuánto a confección de setlists. Entonces, no suena loco pensar que realmente valió la pena ver a un ex integrante «robando» con el nombre de otra banda, que más que una curiosidad, fue una noche para venerar un disco por demás ninguneado incluso por la propia banda. Neil Turbin estuvo a la altura de la leyenda, Neil Turbin vino armado y peligroso.

Por Boris Bargas
PH: Martes Rubí
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