CELEBRANDO CON VIEJOS AMIGOS Y NUEVOS CONOCIDOS. Icarus Metal Fest – Groove (23-04-24)

En un abril repleto de shows internacionales llegó Icarus Music Fest con una propuesta diferente, contando con tres bandas europeas de renombre (In Extremo, Battle Beast y Amorphis, acompañados por los locales In Element), pero que no suelen visitar con la asiduidad que sus fans quisieran, de manera que el festival se presentaba como una buena oportunidad para congregar un público variado y entusiasta, con ganas de vivir una noche para el recuerdo.

Mientras la tarde se iba convirtiendo en noche subieron a las tablas los argentinos In Element. Con un sonido contundente, desplegaron su mezcla de death melódico con metalcore y sonidos modernos mientras la gente continuaba ingresando al recinto. Se lucieron con varias canciones de su último álbum Victory Or Defeat (2022), destacándose «I Will Break Your Neck» e «In The Air 2nite», un curioso tema que incluye tramos del clásico de Phil Collins. Cerraron su breve, pero potente presentación con la muy buena «Fear Is The Virus».
Apenas pasadas las 19 se apersonaron los In Extremo. Sumamente ovacionados, abrieron su show a pura gaita con la intro «Wintermärchen» seguida inmediatamente por «Troja», con sus fans vibrando con su amigable estribillo. Lo de los alemanes es destacable, sin ser completamente metal ni completamente folk. Su mixtura de géneros logra transmitir una energía muy palpable y resulta casi imposible quedarse indiferente. Tras varias canciones sobresale el momento en el que tocaron el clásico «Vollmond», con la exquisita intro de arpa de la mano de Dr. Pymonte hasta ese hermoso estribillo, que personalmente me lleva a una adolescencia cyber café y descargar música de cuanto reducto virtual fuera posible. De la misma manera emocionaron con una bellísima versión de «Liam», con Das letzte Einhorn transmitiendo todo el sentimiento de esa impronunciable letra en idioma gaélico. Siguieron clásicos de toda su carrera como «Weckt Die Toten», «Frei Zu Sein», «En Esta Noche» y la genial «Küss Mich», entre otras. Una vez finalizado el show, es inevitable pensar en la conexión entre el público y los metaleros medievales, que tras 17 años sin pisar suelo argentino, dejaron felices a más de uno. Brindamos por un pronto regreso de los teutones a nuestro país y una nueva fiesta con su música.
Tras una misteriosa intro y al son de la marchosa «Circus of Doom», Battle Beast comenzaba su primer show en Buenos Aires. Con su correcto power metal (un poco carente de vértigo para gusto de un servidor), los oriundos de Helsinki continuaron su set con «Straight to the Heart» y «Familiar Hell» (lindo estribillo), sumando un poco de hard rock a su fórmula. A esta altura ya era evidente el gran compañero de Noora Louhimo a la hora de conectar con el público, el bajista Eero Sipilä, que con su entrega y contagiosa buena onda suma un poco de adrenalina a las canciones. Con reminiscencias a la legendaria Doro Pesch, Noora se destaca especialmente en el tema «Eye of the Storm», con mucha energía y una melodía vocal que no podría quedarle mejor, a la vez que no para de gesticular, bailar y arengar, demostrando un gran oficio. Luego de varios temas más entre los cuales la emoción se apoderó de los músicos al escuchar los cánticos del público, llegó el momento de la celebrada «King For A Day», seguida por «Beyond The Burning Skies» y su coro tribunero, coronando una más que correcta primera presentación de los finlandeses en Argentina.

Tras una pequeña rotación de posiciones del público y pasadas las 10 de la noche, se hizo carne el plato fuerte de la noche. De la mano de la vertiginosa «Northwards», Amorphis abría su tercera visita a nuestro país. Con un respetable más que entregado, no dudaron en arremeter con «On The Dark Waters», también perteneciente a su último álbum Halo (2022). «The Smoke», directo de Eclipse (2006), primer álbum de Tomi Joutsen en la banda, confirmó el excelente nivel interpretativo de la banda, pegando fuerte o acariciando sutilmente, según la canción lo requiera. Más allá de unos casi imperceptibles y poco frecuentes desperfectos en la guitarra de Koivusaari, el sonido se mantuvo en un nivel alto durante toda la presentación. La genial «Sky Is Mine» trae hermosos recuerdos de su primera visita al país, allá por 2009, junto a Children of Bodom. Mientras Joutsen regaló ese hermoso estribillo, los saltos del público no se pudieron contener. Para contrastar, «The Castaway» sumo una saludable dosis de doom / death solo como ellos saben hacerlo, dejando a más de uno con moretones. Holopainen y sus brillantes punteos de guitarra anunciaron la presencia de la celebradísima «Silver Bride» y ese coro para colgarse del paravalanchas, con un ida y vuelta entre la banda y el público para el recuerdo. Siguieron «The Wolf» y «Wrong Direction» sumando más variedad y dejando todo listo para que los teclados de Santeri Kallio nos llevaran hasta la tierra de los mil lagos y vivenciar un «Black Winter Day». Y por si fuera poco le pegaron «My Kantele». A esta altura sólo se veían rostros de felicidad. Tras una simpática presentación de músicos, que incluyó mini covers de Slayer, Sabbath y Purple, «House of Sleep» apareció para llevarse lo último que quedaba de nuestras energías, a puro pogo y gritos. Como viene siendo costumbre hace unos años, cerraron con una épica versión de «The Bee», dejando sólo satisfacción entre los fans. Ojalá vuelvan pronto.

Como pensamiento final, cabe resaltar la importancia de un festival de este tipo: no siempre es posible ver estos grupos en nuestro país y menos en un mismo cartel. Todo transcurrió con total normalidad y puntualidad, con sonido excelente desde la primer banda hasta la última. Por más eventos de este nivel. La próxima también estaremos ahí.

Por Boris Bargas
PH: Cuervo Deth

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