LA MANO DE LA EXPERIENCIA. Brant Bjork – Uniclub (05-03-2024)

Brant Bjork a sus 50 años lleva 35 de carrera musical y casi la misma cantidad de discos editados. Desde su temprana adolescencia se ha dedicado a componer, producir y tocar la batería, guitarra y cantar en diferentes proyectos.
Fue responsable de inventar el stoner rock siendo baterista y compositor de Kyuss. Abandono ese grupo en 1994 ante la frustración de no poder canalizar todas sus inquietudes ahí (Y según dicen, por el excesivo control que ejercía Josh Homme). Y a partir de ahí nunca paró; formó porte de grupos como Fu Manchu y Stoner y editó una catarata de discos solistas; a veces solo, a veces con bandas de acompañamiento como los Bros o The Low Desert Punk Band. Y a pesar de haber compuesto alguna de las canciones más emblemática de Kyuss, a la hora de una carrera por fuera de esa banda, quizás sea el miembro con menos notoriedad. Pero en algún punto, es probable que lo prefiera así. El sábado 9 de marzo desembarcó por segunda vez en un país donde el stoner siempre ha funcionado.

Antes, estuvo Poseidótica encargado de abrir la velada. Poseidótica es una banda demasiado ecléctica para categorizarlos simplemente como stoner rock, aunque claramente intentos no han faltado. Pero es cierto que varios son los puntos en común con el artista principal de la noche. El mayor de esos puntos es el baterista Walter Broide, que en los 90, junto a Natas, se encargó de continuar una tradición musical iniciada por Kyuss, mucho antes que en el resto del mundo, cabe decir. Natas fue una banda pionera a nivel mundial y eso se certifica con las giras que el trio ha compartido con Brant Bjork, sea como solista o durante su estadía en Fu Manchu. Natas puede haber sido stoner al principio, pero nunca se limitaron solo a eso, explorando un sinfín de géneros, algo que Poseidotica también ha mantenido y que encargan de demostrar esta noche, pasando desde lo más nuevo como “Homenaje” o “Sur Realista”, que será parte de su próximo disco, hasta clásicos como “Hidrofobia” o “Videogame”. La cuestión siempre es que invitar a Poseidótica a abrir un show significa dejar la vara muy alta, por más pionero que el artista principal sea. Y esta noche no es la excepción.

Brant Bjork volvía al país luego de cinco años, pero esta vez con un condimento en especial; quien lo compaña en bajo no es otro que Mario Lalli. En los libros figurara que Kyuss fue la banda que inventó el stoner rock, pero esos chicos admiraban y escuchaban a Across The River y Yawning Man. Dos bandas integradas por Mario Lalli, pertenecientes a las escena del desierto de California en los 80, pero que en esa primera etapa no llegaron a grabar. Por lo que esos grupos, durante mucho tiempo, solo fueron recordados e influyentes para los pocos que pudieron verlos esos años, siendo Kyuss los principales influenciados. Hoy internet ha puesto un poco las cosas en su lugar, pero durante décadas Lalli fue víctima del oscurantismo. Eventualmente Mario rearmó Yawning Man, grabó disco con ellos y hasta nos visitaron en varias oportunidades. Pero esta noche está como ladero de su discípulo.

En esta oportunidad el formato elegido es el de trio, junto Ryan Gut en batería, integrante del super grupo stoner, que incluye a Nick Olivieri, otro ex miembro de Kyuss. Podemos ver cierto patrón aquí. Lo cierto es que esa escena del desierto se mantiene igual que el primer día; amigos del barrio juntándose a tocar. Solo que estos amigos inventaron un género y pueden viajar por el mundo haciendo música. 

El show iría de menos a más, con las correctas “Buddha Time” y “Bread For Butter” para empezar, casi testeando aguas como sabiendo lo que vendría. Al final del segundo tema el equipo de bajo tiene algunos problemas y el show se demora unos minutos hasta que puede ser reemplazado. Por suerte esto ocurre ni bien iniciado el show, por lo que no se pierde demasiado clima. Cuando el grupo vuelve con “Mary (You´re Such a Lady)” el groove se recobra inmediatamente. 

Habiendo visto a Brant Bjork con anterioridad, puedo decir que la presencia de Lalli hace la diferencia. No solo por su técnica, cercana al jazz, sino porque claramente hay algo intangible que pasa con la química humana. Bjork y Lalli tocan como dos personas que lo hacen desde la adolescencia y cuando logran conectar, con imbatibles. Aun cuando las canciones no sea nada del otro mundo. Porque  es verdad, el ahora cantante y guitarrista puede haber sido el creador de varios de los himnos de Kyuss, pero no encontramos esa contundencia en su basta cerrera solista. Sea como sea, el público se deleita ante cada riff y cada zapada, arengando en cada momento posible

El repertorio no incluye nada de sus ex bandas y gran parte de la lista se concentra en canciones nuevas. Curiosamente, son algunas de ellas los puntos altos de la noche, como en “Sunshine” o “You Are Free”. Tal vez sean canciones que serán parte de un nuevo disco con esta formación, por lo que eso puede hacer la diferencia. Pero Bjork también acusa hits propios como “Low Desert Punk” que el público recibe con fervor.

El show termina algo anti climáticamente con dos canciones nuevas, que no están mal, pero quizás no hayan sido puestas en el lugar correcto. Después de hora y media, el trio nos deja un show sólido, sin canciones memorables, pero que la química y pericia de los músicos lo agranda. 

Por Facundo Llano
PH: Holy Smoke

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