La comunión entre público argentino y bandas de punk suele ser especial. Desde aquel primer amor con Ramones, esta conexión con el tiempo se extendió a Die Toten Hosen y por supuesto que Bad Religion no sería la excepción. De alguna u otra manera el clamor popular nacional rompe fronteras y barreras idiomáticas y genera en el artista una sensación de «estar en casa».
El verano ya se hace sentir y el transporte público poco y nada hace para ayudar a sobrellevar estas temperaturas. El camino al microestadio de Ferro se hizo mas largo de lo planeado, pero una vez dentro se sentía en el aire que iba a ser una noche especial. Otra cosa que se sentía en el aire era el intenso calor, aún con muy poca gente ya se tenía la sensación de que la temperatura en el lugar iba a ser todo un tema. Spoiler: lo fue.
Sudarshana y Expulsados abrieron la noche, con sus estilos característicos fueron dando la bienvenida a un público que lentamente comenzaba a ubicarse en la instalaciones del caluroso microestadio.
Una breve prueba de sonido y Bad Religion nuevamente pisaría un escenario argentino. El arranque con «The Defense», de aquel mítico The Process of Belief (2003), seguido a «Against The Grain» no hizo mas que desatar la alegría de la gente, la manija, al igual que la temperatura, era alta. Es sorprendente como una banda, con integrantes ya entrados en edad, trasmita una frescura y un sentimiento de juventud con canciones levanta muertos como pocas. Bad Religion conmueve, agita, denuncia y celebra su legado, pavimentado con canciones que han marcado a fuego la historia y desarrollo del genero mas auténtico de todos.
El calor era casi insoportable y la nula ventilación del lugar no parecía ser impedimento para agitar y cantar a grito pelado «Infected», festejada como un gol sobre la hora. Y para cuando sonaron «No Control» seguida de «Do What You Want» el delirio era total, el clima de fiesta y alegría inundaba cada metro del recinto. La lista seguía, equilibrando material mas reciente con viejas glorias como «21st Century Digital Boy», un favorito personal. Y ya para el tramo final, las mágicas «I Want To Conquer The World» y «Sorrow» le daban paso a «You» mientras que «Fuck Armaggedon…This is Hell» mandaban a los muchachos a boxes a reponer energias.
La vuelta a las tablas vendría de la mano de «Generator» mientras que ese clásico inoxidable llamado «American Jesus» pondría fin a la noche, no sin antes cerrar con una versión de «The Boys are Back in Town» de Thin Lizzy, para poner broche de oro a la veraniega noche.
Una excelente noche de punk rock en un lugar que quizás podría ofrecer mejores condiciones (ventilación, salida…) pero que no opacó en lo mas mínimo la presentación de uno de los nombres mas respetados del punk mundial. Bad Religion pisó Buenos Aires, no tuvo control e hizo lo que quiso. Nosotros, los fieles, mas que contento de una nueva comunión.
Por Martin Tula
PH: Cuervo Deth
