Uno sabe de antemano que al asistir a un recital de hard core la intensidad será difícil de controlar. Incluso también es difícil de predecir como serán los pogo, mosh y slam. Ahora bien, estar frente a Agnostic Front en un recinto en Buenos Aires como Uniclub y que Vinnie Stigma baje con su guitarra y toque en el medio de circle pit no estaba en el imaginario de nadie.
Previo a toda la intensidad los neoyorkinos, IANS y E.D.O ejecutaron en velocidad extrema el sonido de la escena argentina. Los primeros, más rápidos. De escuela punk y una pizca de crossover invitaron las primeras rondas, los primeros acercamientos del micrófono a los presentes y al pensamiento colectivo de no votar por el negacionismo frente a la última dictadura cívica clerical empresarial militar que sufrió el país independientemente de cualquier partidismo político. Lo IANS fue contundente, fue palo y a al bolsa, tanto en música como en mensaje. Lo de E.D.O fue ponderar la vieja escuela del hard core, demostrar que más allá de la nueva ola, siempre presente, siempre al frente. Existencia de Odio nace a partir de una canción de los mismo Agonistic e incluso en la década del noventa, en la primera visita de la banda estadounidense, no solo compartieron grilla, sino también escenario al interpretar una canción juntos.
Indefectiblemente, lo de Agnotic Front en Uniclub fue descomunal. El arranque con ya clásico «The Good, The Bad & The Ugly» en donde la ronda en un recinto donde es difícil encontrar recovecos se volvió mas grande a cada segundo. Luego llegarían una veintena de canciones a lo largo se una hora. También una veintena de mosh que Vinnie Stigma trato de convocar y defender ante los reiterados e innecesarios empujones de los de seguridad. Incluso un Stigma que bajo del escenario con su guitarra a tocar entre sus admiradores.
Una caracteristica especifica de las bandas de hard core y más de la corriente de Nueva York es el continuo movimiento en el escenario. Ya sea por lo fanáticos que se suben, bailan y se tiran de nuevo al público o bien de los músicos corriendo de una punta a otra y saltando en pos de arenga. Obviamente, este show no fue la excepción. Sin embargo, el estado de salud de Roger Miret es evidente. Hace tan solo dos años fu diagnosticado de cáncer y aunque ahora el mismo se encuentra en remisión, el cantante sufre sus consecuencias, lógicamente. De todas maneras, el frontman persiste, canta, grita y vocifera como puede, a su manera.
Los puntos altos a destacar son varios: el castalleno en «A mi manera» seguido de «My life, my way», la avalancha de jovenes, y no tan jovenes al escenario en «For my family», el cover de Iron Cross ya apropiado «Crucified» y la camada de mujeres al frente es «Gotta Go.»
Indudablemente, Agnostic Front sabe dar un show de calidad, potencia y sentido común. Un show cargado de emociones duras, al frente y de ejecución rápida. Miret prometió volver. Buenos Aires hard core, espera.
Cronista: Jonatan Dalinger
PH: Cuervo Deth
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