Al enterarme del show de Anneke van Giersbergen & Marko Hietela en nuestro país se me cruzaron un montón de cosas por la mente. En primer lugar, me pregunte hace cuanto tiempo escuchaba la música de ambos artistas y acto seguido porqué no los había visto anteriormente. La respuesta número uno fue «aproximadamente 15 años» y para la pregunta dos, no hubo una respuesta concreta. De lo que si estaba seguro es que el evento Six Strings and a Voice… an evening with no me lo iba a perder.
Una hora antes que los europeos salgan al escenario, Boudika, única banda local invitada, se las ingenió y realizo su propio set acústico. Eve Gusti al frente con voz lirica; de fondo guitarras electroacústicas y cajón peruano. La primera experiencia de la noche en reconvertir al distorsión del metal sinfónico en un registro musical intimista minimalista. La banda es de Villa Constitución, Santa Fe, y desde el 2012 proponen canciones con fuertes influencias en Nightwish y Épica, entre otros.
Creo que estamos de acuerdo en que el Teatro de Flores es uno de los lugares más representativas en cuanto a la cultura rock. Para este formato acústico de Anneke & Marko, capaz, no era el adecuado. En relación al sonido, ambos se escucharon correctamente. Además, el carisma predomino durante los dos sets. La gente estuvo inquieta yendo y viniendo de clásicos a covers y de risas a llantos. Si bien la devoción por los idolos hace que algunas cosas no importen en situ, creo que una locación más chica y compacta, hubiese sido más acertada.
En cuanto al repertorio, Marko Hietala fue el primero en salir acompañado por Tuomas Wäinölä (guitarra). De pocas, pero acertadas, palabras Hietala comenzó el set con «Stones» y continuo, en su finlandes natal, con «Isäni ääni.» Uno de los grandes homenajeados de la noche del domingo 1 de octubre fue Ozzy Osbourne con versiones como las de «Crazy Train», «Chinldren of the grave», de Black Sabbath y «Perry Mason», algunas mejor arreglada que otra. Lo interesante y uno de los momentos más significativos de la noche fue la premiare de una canción nueva a la que llamaremos «Two Soldiers.»
De repente, promediando la mitad, salió al escenario ella: Anneke van Giersbergen. «Child of Abylon» de Whitesnake sería el primer tema que interpretarína juntos. Acto seguido, los muchachos se retiran para que ella quede sentada en el centro de la escena, con una guitarra sobre sus regazos. Vestida de negro y una cabellera rubia, la holandesa introdujo los primeros acordes de «Lo and behold.» La primera ovación, y las primeras lagrimas llegaron minutos después con un clásico de The Gathering: «Satunine.» Más allá de que haya comentada que despertó con molestias en la garganta, esto no le impidió llegar a las altas notas que acostumbre o a la calidez nostálgica de sus interpretaciones como «Valley of the Queens» de Ayreon o el hit de su último album de estudio «Hurricane.»
Como acto final, ambos volvieron a a estar juntos sobre las tablas. «Wasted Years» fue el momento más festejado de la sección covers ajenos y «I see fire» de Ed Sheeran» el más sorpresivo. Entre cantos nacionales y populares como el ya infaltable una más y no jodemos más, sugeridos en complicidad por los mismos músicos el cierre estuvo a cargo de lo que fue la mejor re interpretación de la noche: «The Sound of Silence» de Simon and Garfunkel.
Cronista: Jonatan Dalinger
PH: Paula Andersen
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