Un cielo complicado con pronóstico de lluvias esperaba a los heavies que se iban acercando poco a poco al local ubicado en Palermo. La ocasión era impostergable: Renacer registraría este show a modo de despedida de su histórico cantante, Christian Bertoncelli. La noche prometía ser especial y emocionante, una celebración acorde a su propia leyenda.
Pasadas las 20 hs subieron al escenario los Jezabel, esta vez en formato acústico. Comenzaron su set con una enérgica pero delicada versión de «Fé», de su ya clásico álbum Legiones del Sur (2003). Mientras la gente seguía ingresando de a poco al recinto, A Todo O Nada (2001), del disco homónimo, y sus bellas melodías subieron un poco más la temperatura. «Días de Gloria», tras una anécdota de la prehistoria de la banda, aportó uno de los momentos más sentidos del show, con un estribillo cantado a puro pulmón. El set siguió con la épica «Miro Atrás», con su exquisito solo y armonías de guitarra. Con la gente ya más metida en el show (se notaba que para muchos era la primera vez viendo a la banda), siguieron «Legiones del Sur» y «Alas de Acero»(otro coro memorable) para terminar con una gran versión de «Sigue Un Paso Más», demostrando por última vez en la noche que el nivel musical de Jezabel es superlativo y el unplugged lo dominan con soltura y maestría.
A eso de las 21:15, tras una intro, los primeros acordes de «Cenizas del Alma» abrieron el fuego y anunciaban la presencia del fénix entre nosotros. «Ojos de Agua» y su inmenso estribillo sumaron más leña al fuego. Directamente de las mejores canciones recientes de la banda. Como si esto fuera poco, «Bienvenidos al Show» aumentó la excitación, con la letra ideal para poner de buen humor a todo el mundo; si es que todavía había algún indiferente. En este punto se confirmó lo que me temía: El volumen saturado de los instrumentos, especialmente el bajo y los bombos, lejos iba a estar de equilibrarse, una constante a lo largo de todo el show. Más allá de eso el recital siguió a puros temazos («Siembra y Cosecha», «Entre La Gloria y La Traición», «La Verdad de La Mentira», «Voces En El Viento»), con la gente super enganchada y los músicos con un más que saludable buena onda. Difícil era no contagiarse de la intensa energía que comparten Renacer y su fiel público.
Bertoncelli reflexiona un poco sobre su carrera y el legado de la banda para presentar «En El Ocaso de Mis Días», tema que cierra su último álbum, Siembra y Cosecha (2022), invitándonos con su letra a ser dueños de nuestro destino mientras entrega una performance vocal épica. Volviendo a los comienzos de la banda suena «Mi Refugio», directo de su álbum debut, que con su medio tiempo y melodías rainboweanas nos lleva atrás en el tiempo. «Viejo Roble» vuelve a aumentar la adrenalina, mientras se suma como invitado Matías Sepúlveda (Mágika) en teclados, sumándole un color distinto a la velada. «Vida A Los Sueños, Sangre Al Corazón» (para cantar a grito pelado) y «Lejos del Dolor» dieron paso a una más que sentida versión de «Guerrero Inmortal». Bertoncelli recuerda al entrañable Osvaldo Civile: «Esta canción es para alguien que creyó en mí hace muchos años, si no fuera por él yo no estaría acá, así que esto es para él». Más de un heavy se emocionó con el estribillo de la canción.
Como si esto fuera poco, «Tu Eres Su Seguridad» atronó los oídos de los presentes. El éxtasis fue total. El final llegó de la mano de «Hoy Como Ayer» y «Senderos del Tiempo». Luego de un emocionante recorrido por toda su discografía Renacer dejó el escenario, con la emoción compartida con el público, con la certeza de que el legado de la banda está más vivo que nunca y, más allá de que queda el registro audiovisual, el recuerdo quedará para siempre en los corazones de los presentes. Un recuerdo con un espíritu inmortal.
PH: Martes Rubí
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