DEFENSORES DE LA FE. Entre el Cielo y el Infierno – Citybar (14-07-2023)

No es nada nuevo que una banda de músicos veteranos se reúnan para presentar canciones clásicas. Tampoco se sorprende nadie si esa banda es prejuzgada. El típico comentario de «están de vuelta» o «se juntaron a robar» suele aparecer. Casos de homenaje digno hay. De fiascos también. Entre El Cielo y El Infierno entraría en el primer caso. Ya habíamos visto una limitada, pero potente demostración en el festival Inmortales, así que las expectativas eran altas.
El frío no evitó que los heavies locales se agruparan para recibir a estos músicos legendarios. Al contrario, el clima en el ya mítico Citybar Martínez era sumamente cálido y se notaba a los presentes más que contentos. La primer banda de la noche fue Waynestock con diferentes covers de clásicos del metal ejecutados de forma desprolija, pero con muchas ganas. Siguió Spadafora con un estilo particular: mezcla de punk con nu metal. La tercer banda fue Cheroqui, con el mejor sonido hasta el momento. Tienen todo para crecer en la escena local, aunque a mi juicio falta ajustar un poco a nivel compositivo. Se destacó particularmente una exuberante versión de «Muy Cansado Estoy», dejando todo listo para el plato fuerte de la noche.
Pasada la medianoche y después de una intro cinematográfica sonaron los primeros acordes de «Herederos de la Fé» y mientras todavía se iba ajustando el saturado sonido le pegaron «Obsesión», formando un medley formidable. Sin demora ni sospecha entregaron una espectacular versión de «Máquina» con el correspondiente bellísimo solo del siempre entrañable Sergio Berdichevsky. Luego de unos saludos, el piano del Chino Retamozo nos llevó hasta «Fantasma Azul» y una cálida y épica versión que dejó la emoción en lo más alto. Con un par de palazos para «los que dicen que salieron a robar» Mario Ian presenta «Agord La Bruja» y el brutal riff a lo Jake E. Lee/John Sykes no se hace esperar. El furor es total y se destaca especialmente la voz de Mario entregando una aguerrida y excitante performance vocal. La gente corea cada una de las palabras de la letra y aplaude fervientemente para ser sorprendidos con una perlita espectacular:»Basura», cantada a grito mega pelado por todos los presentes.
Mario vuelve a aclarar que esto no es un cashgrab, Entre El Cielo y El Infierno tiene su propio material original que ya cuenta con varias canciones, entre ellas el corte de difusión «Enviados». Un tema que con cada show se hace cada vez más grande. Un firme exponente del podio de los temazos nacionales más recientes. De más está decir que la gente ya se sabía la letra y cantó con especial emoción el genial estribillo. Siguieron excelsas versiones de «Patria» y «Jerusalén» (monumental la sección media) para luego de una presentación dejar lugar para una muy sentida «Sin Tu Amor Nada Existe» (sin dejar de mencionar entre bromas a «Mujer Amante»). Siguió «Sombra Inerte del Amor» con un José Velocet cantando y machacando en partes iguales. La fiesta continuó con «En el Bajo Flores» (tema esperadísimo por un servidor). Una imagen quedó grabada en mis retinas: los heavies cantando a los gritos mientras el querido Rowek tocaba la batería con una sola mano mientras acomodaba su hi-hat, toda un grande. El final llegó, como no podía ser de otra manera, con el ultra-clásico «Bajo Control» con 3 momentos para destacar: el solo de guitarra, la sección media (el bajo de Walter Scasso sigue sonando en mi cabeza) y el juego de voces del gran Mario. Una versión para el recuerdo. Más de uno (por no decir todos) tenía ganas de una canción más, así fue como el grito de «una más y no jodemos más» fue respondido nada más y nada menos que con «Chico Callejero».
El cierre perfecto para una noche memorable. Y esa fue la impresión con la que nos fuimos a nuestros hogares. Una banda potente, enérgica y en un gran nivel. Con más que palpables ganas de tocar y seguir componiendo. Con cosas para decir y un legado que celebrar (y ninguneado por los otros miembros de la leyenda). Entre El Cielo y El Infierno es una banda activa en el mejor sentido de la palabra. Asistir a su presentación en el Teatro de Flores el 28 de octubre es una gran oportunidad de atestiguar todo su poder. No se lo pierdan.

Cronista: Boris Bargas



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