Cae la noche en Buenos Aires y me dirijo por la calle Sarmiento hacia El Teatrito, hacia la presentación del nuevo disco de Malevaje, Semilla del Mal. Son cerca de las 20.35 cuando las puertas se abren y veo a la distancia como una fila de fans que se extiende hacia la esquina comienza a ingresar al recinto.
Horas antes, el baterista de Bloodcrown, banda que iba oficiar como invitada para abrir el show, fue víctima de un robo y a causa de un disparo en una de sus piernas, la banda no tuvo la posibilidad de dar el presente. Libre de riesgos, se encamina a una pronta mejoría que esperamos le permita ser partícipe de su show el 24 de junio junto a Lethal y Gatos Sucios en el marco del Wild Festival.
El Teatrito por dentro ya está ambientado: luces tenues, de color rojizo tiñen las paredes. Detrás del telón se asoma un azul intenso que acompaña a los últimos ajustes de sonido tras una prueba prolongada. Mientras sigue ingresando gente, metal del más pesado suena en el lugar y las cervezas comienzan a circular.
Pasadas las 21, y sin previo aviso ni señal se abre el telón, dos siluetas aparecen en escena. Llevando lo que aparenta ser unos visores que simulan ser como aquellos de realidad virtual, con luces bailando sobre sus rostros, comienza la primera experiencia multisensorial de la noche: las luces parpadean, el sonido oscila, mientras que los protagonistas interpretan su primer número sobre el escenario. Otras figuras en sombra hacen su aparición en silencio: Miguel Benito (batería), Alejo Venencio y Cristian Karpluk (Guitarras) Juan Cruz Venencio (Bajo) y Nahuel Yapura (Voz). Aguardan unos instantes y toman sus armas, sus instrumentos y dan comienzo al show con el tema que da nombre al disco: «Semilla del Mal».
Las canciones que continúan cuentan con la aparición en escena de sus actores, tanto como para acompañar al ritmo de la música o para formar parte del show dando un toque artístico, así como en «Fuga de Cerebros» Yapura es servido por uno de ellos y se le entrega en bandeja sesos humanos, o en pleno show arrojando falsos dólares al público con la imagen de los integrantes de la banda y la leyenda “In Malevaje we trust” en el dorso.
Pero el añadido multisensorial del show no es solo acting, pues también contó con invitados de la escena: Martín Tonelli (X3MO), Pablo Trangone (Arraigo – banda que fusiona el metal con el folklore), Theo Peltzer (Mamut) y la tecladista Gabriela Capurro (Machine Purpura/Alma Reina) y un llamado a nuestras costumbres más tradicionales y autóctonas.
Las letras de Semilla del Mal vienen cargadas de críticas sociales hacia nuestra actualidad, dotando de una fuerza y una contundencia a las canciones que con la calidad de sonido que tiene la banda, vuelven a la obra una máquina imparable. Además, Malevaje hace espacio no solo para la consciencia social, sino para recordar nuestras raíces: a mitad del show toma el escenario un grupo de Sikuris por unos instantes, haciendo uso de varios sicus y bombos para interpretar sus melodías bajo el atento ojo del público y de los miembros de la banda, que no tardan en arengar a la gente para mantener prendido a un público que se observa pasar un gran momento. De la misma manera, algunas canciones después, un grupo de bailarines hace su intervención desarrollando bailes varios como el malevo.
El cierre se da de la mano de «Herencia Pesada», «A No Olvidarse» y «Junto al Metal.» Un prolongado agradecimiento despide el show tras un feroz cierre, con los más de 15 interventores y protagonistas de este show que tomaron acción y nos permitió interactuar con el metal no solo como escuchas y videntes, sino también sentirlo en carne, hueso y piel.
Cronista/PH: Facundo Rodriguez
· Volver
