Olaf (El Dragón): «COMO ARTISTA UNO NO SE GUARDA NADA. COMPARTE, NO COMPITE»

En tan solo unos días, V8 Tributo, Horcas, Tano Romano, Entre el cielo y el infierno, El Dragón y Renacer darán vida a Inmortales, un festival historico de estilo heavy metal en el estadio Luna Park. La infaltable cita dará comienzo a las 19:30 horas en el que las bandas participantes interpretarán los temas clásicos de sus respectivos repertorios por lo que será un concierto histórico con todas las letras. Bajo este punto, Metal Argento se contacto con Olaf de El Dragón para hablar sobre su obra y la preparación de como llegar al mítico escenario porteño.

En tiempos donde la definición parece un limite, Olaf no tiene tapujos a la hora de presentarse ante las nuevas generaciones. «Soy un luchador de toda la vida, de toda la música y del rock, del heavy, con total honestidad y con total apoyo a otras bandas y hacedor de una música que tiene un estilo propio, que sale un poco de los cánones de parecerse a tal y francamente con las líricas con un mensaje realista, social, bien sintetizado, que se puede hablar de muchísimos temas gustosos por mucha gente», afirma.  El guitarrista, cantante, productor y compositor a escuchar, a leer un poquito las letras para entender la esencia de lo que es esta banda de heavy metal nacional, federalista, guerrero y vikingo.

¿Decís que por más que la banda se llame El Dragón y tenga una estética en el arte de tapa de temática fantástica, sus letras son más un reflejo de la realidad?

Sí. Con las tapas el tema es así: la banda se llama El Dragón y el logo de la banda es una simbología porque tiene/no tiene un elefante… Tiene un dragón de fondo y tiene en el medio el texto del logo. Entonces, desde el principio la idea de esta banda fue defender la bandera del heavy metal argentino, pero después las tapas tienen que ver obviamente con la saga de esa línea. Por ejemplo, mi próximo disco se va a llamar Combatiente. El anterior se llamó La Última Batalla. Y así: La Máscara de Hierro, Vikingos, Resistir, todos hablan de una lucha popular, en defensa de las necesidades de los marginados. Por ejemplo el tema «Argentina», que tiene un video que está por salir ahora, una publicidad para Inmortales. Lo lamentable es que son temas que salieron hace 30 años y todavía lo que dice la letra tiene vigencia, lo que muestra que la sociedad en su conjunto no avanza, sino que retrocede. Prefiero relatarle eso a la gente y no decirle que está todo bien. Es notorio que de repente sale gente a querer anular conquistas sociales o derechos laborales, que los tenés asumidos y después te aparecen datos de inflación, de desocupación, de deudas y demás que te condicionan la vida. A vos, a tus hijos, a tus nietos. El heavy metal en su conjunto trata de reflejar eso, lo que pasa es que hay gente que dice ‘no me meto en política’ y no es política, es un reflejo, contar la realidad, después vos lo escuchas o no, lo compartís o no, y ahí está la individualidad de cada uno ¿no?

Como dice un amigo, el heavy metal es resistencia.

Exactamente. El rock, que fue revolucionario, perdió la rebeldía. Hoy lo que se dice «rock nacional» es un pop amarillento, sin fuerza. Té con leche.

El Dragón toca por todo el país ¿Tenes alguna banda joven que quieras recomendar?

El mayor logro de El Dragón fue formar un movimiento que yo llamo ‘nacional federalista’ que fue unir a todas las bandas con las cuáles hemos ido a tocar de las principales ciudades 70 ciudades por todo el país con un recorrido alrededor de 300.000 km. Conocí el país tocando heavy metal. Me falta solo un lugar, que es Tierra del Fuego, que estamos por ir dentro de poco. Esa es la actitud y la filosofía y el proyecto de El Dragón. Una vez hice un disco, Metal Argentino, doble, con bandas de aquel momento del interior del país. Lo que pasa es que ahora ha crecido la cantidad de músicos y bandas, y si bien estaba trabajando en el volumen 2, con la pandemia se derrumbó todo. Siempre hay bandas nuevas, pero para compartir escenario, no para recomendar y que otro las invite. Nosotros siempre invitamos gente. Nuestros recitales son como cooperativistas, todos ponemos algo. Y hay una cultura que dice ‘no hay que poner nada’ pero después tocas en tu casa.
La experiencia artística es compartir. Y para compartir tenes que subirte a un escenario, si no hay productor específico se juntan una cantidad de bandas y bueno, se hace ‘a la romana’. Todo ese sacrificio es parte de ser músico. Saber que tenes que pelear por lo tuyo, por lo que te gusta, por mejores condiciones, brindar un buen espectáculo, sonido, luces y las publicidades. Uno lo hizo toda la vida y hoy por suerte lo puedo seguir haciendo. Hice toda la parte creativa del recital Leyendas, que se hizo en el Luna Park y pude compartir escenario con Serpentor, Lethal, Tren Loco, Jeriko, todas bandas de muchos años de carretera, con mucha música en la mochila. Y ahora en Inmortales el 21 de junio en el Luna Park estamos con Renacer, el Tano Romano, Entre El Cielo Y El Infierno (los ex-Rata Blanca, para el que no sepa), Horcas y un tributo a V8 por Walter Meza, el Topo Yáñez, el Tano Romano y el «enano» Rowek, un V8 original. El espectáculo es bueno, uno comparte. La creatividad fue mía, conseguí el Luna Park, conseguimos el empresario que produce y ayudamos en la producción. Como artista uno no se guarda nada. Uno comparte, no compite.

Cada uno pone su parte.

Los recitales no son magia. Por un lado están todos los costos para que esté bien difundido, la empresa Vigme lo está haciendo. Por otro lado está lo que tenemos que hacer los músicos: tocar, subir al escenario y mostrar tu música, la propuesta, tu mensaje. Y las bandas están elegidas a sabiendas de lo que hacen, no es que va a venir alguien a tocar tropical. Cada uno tiene sus años de experiencia, de hacer cosas, por eso se llama «Inmortales». Inmortales está referido al tiempo, y en el tiempo la figura del músico quizás desaparece físicamente, pero quedan sus obras, en realidad las inmortales son las obras, que determinada cantidad de público elige de cada artista. A veces mucho, a veces poco, a veces nada. Puede haber gente que diga ‘falta este, falta el otro’, pero bueno, a veces falta gente que nunca se le ocurrió hacer esto, pudiendo hacerlo. Con ese detalle se puede valorar más lo que estamos haciendo. Acá los músicos estamos todos tirando para el mismo lado, aceptamos la referencia de publicidad con el mismo tamaño para cada banda, los mismos tiempos para tocar, el mismo equipamiento, todos colaboramos en la difusión. Es algo que uno está logrando. Yo estoy muy contento, amén de la creatividad, estoy muy contento porque el objetivo se está cumpliendo: unificar al heavy, hacer un movimiento sólido y que de repente sea tan considerado como el tango, el folklore, el rock nacional, lo tropical… ¿Por qué nosotros no podemos tener difusión para crecer en todos esos medios tradicionales? Quizás se ha fallado en la forma de proceder. Bueno, esto se hace tratando de remediarlo.

Está bueno que sean bandas con historia y trayectoria dando el ejemplo.

Siempre hay gente que tira piedras, tira bombas: ¿Por qué un miércoles?, ¿Por qué toca esta banda?, ¿Por qué no toca la que me gusta a mí? Y bueno, acá un poco también, la ‘catequesis’ es que la gente use un poco el balero y sea inteligente. Que la pregunta esa: ¿Por qué no toca mi banda favorita? Bueno, pregúntale a tu banda favorita. Acá se ha invitado a todos. Algunos es imposible porque se entiende que tiene su propio perfil, su propia presencia, y quizás en su calendario de presentaciones tienen previsto hacer las cosas solos. Entonces todo eso se respeta. Lo que hay que valorar es lo que sí va a estar arriba del escenario. Eso es lo valorable, lo constructivo. Hay que sumar, multiplicar, crecer. Tenemos que tener las espaldas bien cubiertas. Los que hicimos «Leyendas» y vamos a hacer «Inmortales», somos quizás los más veteranos del rubro. Y en algún momento vamos a desaparecer, pero tenemos que dejar algo para los que siguen. Los que siguen tiene que aprender que con esfuerzo se llega, el turno va a llegar de ser los que manejen el heavy metal. Yo tengo la conciencia tranquila de que todo lo que pude colaborar para dejar algo para los que vienen atrás lo hice.

¿Consideras que ese es tu legado más claro?

El principal legado son las canciones, los discos, los mensajes, las enseñanzas que uno deja en las letras. Las visiones, las ópticas que uno tira. La música, el no querer copiar a nadie. Yo tengo que tener creatividad, tengo que trabajar para hacer mi propio estilo y no colgarme de la mochila de nadie. Ese es el esfuerzo. La onda es que hay que sacrificarse, estudiar, trabajar, producir. La profesión de músico no es nada más que tocar. Es saber un poco de todo. El arte de la música es combinar los sonidos, pero después eso lo tenes que meter arriba de un escenario, en un disco. Ahí es donde tenes que estar capacitado en el rol de artista para saber todas las facetas que hacen a lo extra musical. Siempre traté de colaborar con todo el mundo, he sacado discos de otros artistas, he ayudado a producir. Quizás pude haber hecho más pero uno también tiene que vivir, tenés tu familia, a veces sobrantes, a veces carencias y te tenes que amoldar al contexto. Fundamentalmente uno como inmortal deja las obras, las canciones. Gracias a Dios tengo bastantes discos editados en mi carrera. Yo tengo una banda que es elitista, no es masiva, pero que a mucha gente justamente le gusta por ser eso. Ser profesional, under y ser semi de culto.

Hablando del tema de ser de culto ¿Estabas escribiendo un libro sobre Lulú?

No, edité un libro sobre mí mismo. Se llama «El Fuego Sagrado» y habla de toda mi vida musical, desde que agarré una guitarra hasta ahora. Se agotó, tiene un capítulo que habla de Lulú, y ahora se le van a agregar actuaciones. Yo hace poco participé de un festival: Mariposas de Madera. Ahí toqué el tema «Argentina». Heavy metal en el Gran Rex. Entonces la experiencia la voy a contar. Voy a contar lo que fue «Leyendas» en el Luna Park. Voy a contar «Inmortales» y alguna otra cosita más por ahí. El libro va a ser relanzado después de «Inmortales», actualizado, con algunas correcciones. Para la gente que no conoce, Lulú es una banda que sacó un simple independiente, esa independencia en la forma de trabajar la mantengo hasta ahora. «Fuera de mi Ataúd» y «Satánico Utopismo» fueron los temas. Vale una fortuna hoy en día. Más o menos era un rock teatral, con escenografías para cada tema. En la historia de la música está, lo que pasa es que como era totalmente distinto al rock que estaba fogoneado en ese momento, era como una herejía. Pero tuvo una trascendencia muy grande, con diarios, revistas, televisión. De heavy metal fue el primer disco independiente que se sacó.

En retirada, Olaf se siente agradecido porque esto lo hacemos entre todos porque si «Leyendas» hubiese salido mal, no existía «Inmortales». Justifica: «Para los que hacen cuentas, que entiendan eso, «Inmortales» existe porque lo otro salió bien. Gracias a los músicos, que apoyan la idea, van a compartir el escenario. La gente que se metió la otra vez en el Luna Park era mayor cantidad que lo que entra en uno de los teatros donde se toca siempre. Está el concepto de «si no lo veo acá, lo veo otra vez». En un Luna Park no sé si lo vas a ver de nuevo. Hay gente que dice «qué barato por ser el Luna Park», estamos tratando de cuidar el bolsillo de la gente. La productora ha colaborado, ha entendido el concepto de lo que queríamos hacer y le agradezco mucho por hacer nuestras intenciones realidad. Esperamos que salga muy bien y que sea una fiesta. Cuando terminó «Leyendas», Serpentor hizo un tema de V8 y yo, desde el escenario, sin estar tocando, veía la cara de felicidad de la gente, que a las 12 de la noche se fue a la casa con la satisfacción de haber participado de un evento histórico, y con la felicidad de haber gozado. Esperamos lo mismo de «Inmortales». No se van a equivocar si vienen a disfrutar del evento. Y desde ya mi agradecimiento a los que vengan y los que no vengan por ser parte del mismo movimiento en el que estamos los que vamos a tocar.

Cronista: Boris Bargas




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