Ya van tres de tres. La primera fue en el Maximus Festival. Después en Uniclub y ahora, otra vez, en Uniclub. Red Fang anotación perfecta. Teniendo en cuenta que tuve la oportunidad de verlos en todas las presentaciones que dieron en el país; me permito afirmar que no importa la cantidad de gente, ni la locación del escenario. Red Fang definitivamente sabe como contentar y conquistar a la audiencia. Y viceversa también. Para el Festival que tuvo lugar en el predio Tecnopolis, la banda se las arregló para prácticamente ser los primeros en salir al escenario. En Uniclub tanto en su visita anterior como esta, lógicamente oficiaron de anfitriones, y tanto los éxitos como las perlas, fueron superlativas.

Las bandas locales Oncofago y 21 Gramos, respectivamente, fueron las encargadas de amenizar la espera de los Fang. La primera coquetea con elementos progresivos e intrincados más allá de la base stoner garage estructural. La segunda fue más rockera, mas cancionera y hasta se permite tomar prestado riffes a la banda principal de la noche. El under argentina tiene la suerte y la calidad de tener una infinidad de exponentes para oficiar como actos de apertura de las distintas visitas que llegan a nuestro país. En este caso, ambas bandas lucieron las diferentes aristas que traen los muchachos de Oregon, acercandose a sonidos como «Unreal Estate» o «Prehistoric Dog.»

En cuanto a lo de Red Fang es dificil de poner en palabras. Aaron, John, David y Maurice, nombre de pilas a secas porque sin tener vinculo logran generar fraternidad, dieron todo arriba del escenario. La banda suena nítida y compacta. Ajustada. Ruidosa, pero audible. Fuerte y clara. Y con estilo ramonero. Los quince temas que interpretaron desfilaron uno atrás de otro casi sin conversación con la audiencia. Apenas un pintoresco cruce de Aaron preguntando si los recordábamos, cosa que ellos si a nosotros. Eso si, a cada bloque posible, la gente respondió con cantos de clamor popular  como el marca registrada ole ole ole Red Fang Red Fang.

El set empezó con «Hank is Dead» y «Throw Up» ambos de Murder the mountains (2011) para luego pasar al primer estallido salvaje de pogo con «Blood like cream» del Whale and leeches (2013) con uno de los estribillos más pegadizos de su discografia. La banda volvió al país con la excusa de presentar su último trabajo de estudio Arrrows (2021) y el primer y único tema en sonar fue quien da titulo al mismo.  El set estuvo distribuido por todos los discos tomando como punta del lanza el mencionado Murder – medio set, es decir 7 canciones – y luego el homónimo. De esta manera, el público enloqueció y armo rondas y derramo cerveza en «Wires», «Humans reamins humans», «Dirt Wizard» y el ya clásico «Prehistoric Dog.» Siempre es un placer Red Fang, a veces sobran las palabras y hace falta distorsión. Su lenguaje fue ese. La conexión fue por esa vía.

Cronista: Jonatan Dalinger
PH: Cuervo Deth 

Galería completa