El verdadero significado de la frase «el show debe continuar» es lo que se vió el viernes 24 de marzo en Club Cultural Bula. Tras una fecha muy anticipada por el equipo de trabajo de Heresy Metal Media para la recepción de DELTA, la célebre banda de metal progresivo de Chile, que la noche previa se había presentado en zona oeste del Gran Buenos Aires, y que la noche siguiente lo haría en La Plata. Originalmente planeado para el mítico The Roxy Live, el show se movió al bar de Almagro por desinteligencias con el primero, pero eso no le bajó la vara a un show que prometía mucho y que contaba con el clima a favor, aparentemente terminada ya la ola de calor que nos agobiaba en Buenos Aires.

Pasadas las 19 horas Sentinel abrió la noche y su set de forma potente con “Starblazing”, una de las canciones que deleitan al público, pero que aún no cuenta con su contraparte de estudio y que también es una marca del estilo de la panda: power metal alternándose con toques clásicos y progresivos. El clamor de la gente agolpada en el subsuelo del bar se sintió desde el inicio del show, que los caracteriza por su calidez y carisma al momento de tocar ritmos veloces pero feroces. A lo largo de siete temas tocaron canciones de sus lanzamientos de estudio Messenger of chaos y The black of the sun, pero también tuvimos “The red woman”, que denotaba una mayor agresividad en su composición, y “Powerslave” de Iron Maiden, con la participación de Renzo Favaro, vocalista de Fughu, en lo que fue un dúo vocal junto a Pablo Nicolás Naso que merecemos volver a escuchar en un corto plazo.

Luego llegó el foco de atención del evento, la banda trasandina finalmente subía al amplio escenario de Bula y la primera impresión que me daba era la de música épica y poderosa, donde obviamente destaca la poderosa voz de Paula Loza, única música argentina de la banda y dueña de unos impresionantes agudos y algunos guturales bien colocados, que contrastaba de buena forma con la pesadez de la armada instrumental que por momento y de los teclados de Nicolás Quinteros, quién también tuvo pasajes vocales muy interesantes en la noche. No tuvimos el gusto de obtener la lista de canciones como para identificarlas, pero su set fue literalmente una montaña rusa de sensaciones, en varias ocasiones, inclusive dentro de una misma canción, como fue el caso de “Oceans”, que empezó como cuando suena una balada de piano emotiva y fue escalando progresivamente. Luego de un somero saludo y presentación de todos los miembros, la banda cerró de forma soberbia con su tema “Who I am”, derrochando habilidad con solos de viola, de bajo y de batería para terminar al ritmo del clamor de la gente.

Fughu finalmente fue el último bastión de este tridente progresivo, que para la ocasión subieron a tocar ‘vestidos de civil’ y a dar cátedra en lo que mejor saben hacer, llevándonos por un viaje astral con “Dead end start” seguido por “The human way”, bajando un poco la velocidad con respecto a las bandas anteriores, pero no así la intensidad, y mucho menos la algarabía de la gente. Desafortunadamente el rigor del transporte público no me permitió quedarme para la totalidad del show, pero cortesía de Selva Effron, manager de la banda, pudimos obtener la lista de temas que contó con mayoría de canciones de su disco Lost Connection, como “Peggy” o “Right from the bone”, por nombrar algunos temas destacados, y completando la lista canciones de sus previos lanzamientos como “Quirk of fate” y “Ashes”, que dió cierre a su set y también a una velada inolvidable.

La noche en Almagro tuvo todo lo que uno se puede esperar de una fecha under: la sensación de camaradería, el poder estar cerca de las bandas y sus integrantes, sobre todo con una banda trasandina y la incertidumbre de volver o no a presenciar un show de su calibre, y la coherencia en los estilos musicales entre las bandas, que además sonaron de una forma potente y contundente.

Cronista: Luis Gallucci