Luego de haber sido invitado al segundo show de Slash en Buenos Aires (más precisamente en El Teatro de Colegiales), Sir Lemmy Kilmister volvió a presentarse en nuestro país junto con Mikkey Dee en batería y Phil Campbell en guitarra. La cita fue en el estadio Luna Park y el horario pautado, 21:00 horas.
Antes del plato fuerte, estaban anunciados los shows de Renacer y Coalission, pero no llegué a verlos. Ingresé derecho viejo para el show de Motörhead. Cuando entré al estadio, vi muchísima gente dentro y muchísima gente ingresando. Noté también muchísima expectativa por
ver a Lemmy y compañía una vez más en suelo argentino.
A las 21:15, las luces dijeron chau por unos momentos y salieron ellos, sin explosiones ni fuegos artificiales ni nada… solo ellos. Y Snaggletooth inmortalizado en un telón tras el set de batería. A quienes fuimos a ver en definitiva. Arrancaron sin anestesia con»Iron Fist», siguieron con «Stay Clean», «Get Back In Line», «Metropolis» y trece temas más, incluyendo un bis o encore. No recuerdo si fue en «Over The Top» o en «One Night Stand» que saltó la térmica y la electricidad se fue por un nanosegundo, apagándose absolutamente todo durante ese lapso. En segundos nomás, se restableció el sonido y las luces. Las pantallas laterales volvieron al rato. Y el sonido, intacto. Los JCM valvulares de Marshall seguían hirviendo de tanto rock & roll, así que no costó nada volver a sonar como al principio.
Al término del impecable «Rock Out», Phil Campbell se despachó con un solo de esos que te emocionan, haz de luz exclusivo mediante. Para no ser menos, en «In The Name Of Tragedy» (dedicado a la memoria de Ronnie James Dio) Mikkey Dee tuvo su momento de gloria, solo de batería mediante. Impresionante la pegada de Mr. Dee. Por otro lado, es un reloj. Muy bien por Mikkey y su trabajo tras los parches.
El cierre del show, casi obvio, llegó con el aclamado «Ace Of Spades». Pero Motörhead volvió luego de un pequeño impasse (y cantito alusivo mediante) para sacudirnos nuevamente de la mano de «Overkill». No puedo dejar pasar el gracioso momento vivido gracias a un fan de la banda, ubicado detrás mío, que cantó todo el tema (cuando digo todo es todo) igual que Lemmy. Me hizo acordar mucho a una escena de la película «Rock Star», protagonizada por Mark Wahlberg, donde encarna el personaje de un cantante under que, durante el recital de su banda favorita, canta igual o mejor que el frontman de la banda que fue a ver.
El final de «Overkill» fue antológico. Parecía que la banda no se quería retirar. Así que volvieron a tocar el final del tema dos veces más. La gente estaba enloquecida con dicho gesto. Y luego, la banda se despidió, acople de bajo mediante, agradeciendo la fuerte convocatoria del día de ayer arrojando púas y palillos por doquier.
Gracias a vos, Lemmy.
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