Si bien el año recién comienza y tenemos muchas mas fechas metaleras para disfrutar, el siguiente hecho ya se puede asegurar: una de las noches mas extremas del año tuvo lugar en la noche del domingo 13 de febrero. Allí se presentaron los holandeses de culto Pestilence, muy bien acompañados por una camada de bandas Argentinas extremas, algunas de las cuales ya se ganaron un lugar en el podio del Death metal local y otras que no estan muy lejos para ello.

La primera banda en salir fué Divine Intervention, haciendo un Death Metal demoledor, con algunos toques modernoso pero sin caer en lo vergonzoso de la escena actual y manteniendo a la vez fuertemente sus raíces deathmetaleras. Una de las sorpresas de la noche, no solo para mi, sino tambien para la poca, muy poca, gente que se acercó a presenciar el show.

Necrophiliac me partió la cabeza. Con la particularidad de que es su baterista (Gastón Sosa) quien canta, estos renacidos hacen un thrash/ death metal bien al palo. En lo que a mi respecta, dieron El show de la noche.

Prion es una banda que poco a poco va escalando y que show a show se va superando. Son 3 al igual que en Necrophiliac, pero estos hacen un death metal super veloz.

Exterminio nos dio el show mas extremo y brutal de la noche, y nos demostró por qué es que lidera la escena extrema nacional.

Matan S.A. fue la particularidad de la noche… no, estos también hacen death metal, pero llevados por su vocalista que logra que el disfrute de la banda sea mas que musical, también escénico. Hasta las intro de sus temas se disfrutan.

Y para cerrar la noche, Pestilence, en un show que fue corto pero justo (mas no podía durar), repasando temas de toda su discografía.

Musicalemente, excelente! Hacía rato que no escuchaba a una banda sonar tan bien, bajo, guitarras, bateria, voz, todo. Me llamó mucho la atención la técnica del bajista, Jeroen Paul Thesseling, con un nivel increible.

La respuesta del público fue muy apagada por momentos, hasta parecia no saber donde estaba (Pestilence, hermano, Pestilence!!!). Y vale destacar tambien la ya clásica actitud de los estúpidos que se la dan de vivos y en lugar de disfrutar el show van a bardear a los músicos. Y ni hablar de la poco concurrencia que hubo, justificada en parte por el valor de las entradas. Creo que fuimos el público el aspecto más negativo de la noche.
Por parte de la banda, y dejando de lado lo musical, encararon la noche con demasiada humildad/ frialdad, así, no había siquiera una bandera que anunciara a la banda, y poco a poco se fué perdiendo el contacto con el público.

Pero a no engañarse, existieron los clásicos cánticos futboleros y por momentos se mostraron muy animados estos dioses de la pestilencia.

El balance fué positivo, se pudo disfrutar de esta banda de culto y buena parte de sus temas clásicos, se pudo conocer a los Patrick (Mameli y Uterwijk), dos leyendas vivientes de la escena europea, un sonido sobresaliente y unas bandas soportes de muy buen nivel, hecho que el propio Mameli se encargó de resaltar.